La leche materna es el alimento fundamental para los bebés en su primer año de vida. Los organismos competentes tanto nacionales como internacionales coinciden en recomendar encarecidamente lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida para ser complementada con otros alimentos adecuados a partir de esa edad.
Introducir a tu bebé en otros alimentos es un gran hito, y ¡también puede ser divertido! Lo más sencillo suele ser continuar con la lactancia materna habitual y dejar que tu bebé te acompañe en las comidas familiares. Tu bebé podrá conocer los nuevos alimentos poco a poco y a su ritmo.
Los bebés empiezan a comer alimentos sólidos según sus propios horarios, al igual que caminan y hablan cuando están preparados. Estar preparado para probar nuevos alimentos es un paso más en su desarrollo y no es necesario hacer nada especial. Los bebés muestran signos de estar preparados para los alimentos complementarios (para complementar la ingesta de leche) hacia la mitad del primer año.
¿Y cómo sé si mi bebé está preparado para la alimentación complementaria?
Las investigaciones más recientes apuntan a que los siguientes signos pueden indicar que tu bebé está preparado para la alimentación complementaria:
- Tiene capacidad de sentarse bien cuando se le sostiene: Una vez que tu bebé pueda sentarse bien cuando se le sostiene (durante al menos unos minutos), puedes dejar que se una a ti a la hora de comer en familia y puedes permítele coger comida adecuada.
- Pérdida del reflejo de extrusión: Los bebés que aún no han perdido el reflejo de empuje lingual (reflejo de extrusión) empujan la comida fuera de la boca con la lengua. Este reflejo es un signo de que aún no están preparados para la comida sólida.
- Capacidad para coger la comida, llevársela a la boca y masticarla: Un bebé que es capaz de coger un trozo de comida, llevárselo a la boca y masticarlo (aunque sea sin dientes) suele estar preparado para los alimentos sólidos. Las investigaciones indican que el momento ideal para empezar a dar alimentos sólidos en términos de preparación para el desarrollo oral-motor es entre los seis y los ocho meses. Al igual que en otras etapas del desarrollo, los bebés aprenden a masticar cuando están preparados, y no porque los alimentos sólidos se hayan introducido a los seis meses.
Seguir con la lactancia materna
Empezar a comer alimentos sólidos es una nueva experiencia para tu bebé y tiene que ver con el sabor, la textura y el aprendizaje de nuevas habilidades, no con la sustitución de tu leche. Es más probable que los bebés prueben algo nuevo si no tienen demasiada hambre, ya que pueden rechazar los sólidos cuando lo que realmente quieren es tomar el pecho. Al principio, tu bebé no suele comer mucho.
Puede que te sientas presionada a limitar las tomas de pecho para que tu bebé tome más alimentos sólidos, pero esto puede tener el efecto contrario. Si tu bebé está contento y satisfecho después de tomar el pecho, puede estar más abierto a la idea de probar nuevos alimentos.
La leche materna introduce al bebé, de forma gradual y suave, en los alimentos que come su madre, ya que en su leche aparecen rastros de los mismos. De este modo, el bebé experimenta una variedad de sabores de forma natural, lo que le ayuda a prepararse para los alimentos que comerá en la mesa familiar. Los bebés querrán comer cualquier alimento que haya en la mesa, así que es una buena oportunidad para revisar la dieta de toda la familia.
Acudir a nuestras reuniones puede ayudarte mucho en esta etapa de dudas y cambios.
Puedes leer el folleto sobre sobre alimentación complementaria de la Asociación Española de Pediatría.